Las desaladoras de Zapatero generan hasta un 0,2% del agua prometida mientras la sequía golpea el campo
La sequía se extiende por España y amenaza las cosechas del campo y el futuro de la ganadería por la falta de agua. Los agricultores tiran los productos porque les es más barato que continuar su labor, lo que genera escasez y subidas de precios de los alimentos. El siguiente paso es la subida del IPC, la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y la reducción del consumo, que frena la actividad económica y el PIB. El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que invertirá 300 millones en nuevas desaladoras para paliar la situación, mientras las que puso en marcha José Luis Rodríguez Zapatero para tumbar el trasvase del Ebro del PP están generando en algún caso el 0,2% del agua prometida.
El ex presidente dijo en 2008 en el Congreso que con su programa de desaladoras «el problema del agua estará resuelto en cuatro años en todas las comunidades autónomas». De acuerdo con los datos recopilados sobre la producción de agua desalada por las centrales que puso en marcha Zapatero -gestionadas por la sociedad pública Acuamed-, la desaladora de Sagunto, con 37,7 millones de euros de inversión y una capacidad de 8 hm3, en 2020 -último año publicado- generó 0,015 hm3, un 0,2% del total.
En el caso de la de Moncofa (Castellón), con 54,1 millones de euros de inversión y 10 hm3 de capacidad instalada, ha generado 0,078 hm3, un o,8% del total. Y la de Muchamiel (Alicante), con 60,4 millones de inversión y 18 hm3 de capacidad, la producción de agua desalada se quedó en 0,021 hm3.
De las once desaladoras que hay activas -prometió varias decenas-, seis están por debajo del 50% de producción, convirtiendo el Programa AGUA de Zapatero en otro fiasco de su Gobierno. La de Oropesa (Castellón), con 63,2 millones de inversión y 23 hm3 de capacidad ha generado el último año que hay registros 3,9 hm3, un 17% del total, como se ve en el gráfico.
Por debajo de la mitad de su producción están también la de Marbella -40,5%- y la Torrevieja -47,8%-. Sólo la de Carboneras (Almería) y Campo de Dalías (Almería) han superado el 95% de su capacidad de producción. Además, la de Bajo Almanzora (Almería) se inundó en 2012 y continúa sin ninguna actividad.
Sequía
Casi 1.000 millones de euros invertidos y un trasvase del Ebro derogado que no han servido para «arreglar el problema del agua en cuatro años», como prometió Zapatero. La sequía actual ha puesto de manifiesto un problema que ha existido en la zona del Levante sobre todo de manera recurrente, incluso sin sequía. Además, como vaticinaron muchos expertos en su momento, el agua desalada es más cara y los agricultores no pueden en muchos casos afrontar ese coste.
Mientras el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha asegurado que convocará en los próximos días la mesa de la sequía, el campo se deshace de sus producciones porque no puede mantenerlas. Los precios de los alimentos se disparan, afectan a la inflación general y se reduce el consumo y la actividad económica. El Gobierno ha anunciado 300 millones de inversión para aumentar la capacidad de agua desalada en el país.